Capítulo II

Dulce despertar de dulce sueño continuo. Ayer fue una noche de las que me hacen vivir. Dios, cada instante de mi vida es como si el tiempo no pasase, veo mi existencia como un goteo constante pero a cámara superlenta de un grifo mal cerrado. Cloc..........cloc...........cloc...........el sonido suficiente para saber que mis funciones vitales siguen funcionando. Pero nada más. Muerto en vida. Pero cuando hago cosas como las de ayer..........JA! uffffff es....mmmmmmm, ¿veis? no soy capaz ni de describirlo, es como si llegase a sentir, mi corazón va al ritmo de los tambores de las tribus africanas que se preparan para la gran batalla. Me recorre la electricidad. Me siento dentro de la naturaleza. No es más que una simbiosis de vida con la sociedad. Ellas merecen morir, y yo recojo la basura. Para muchos es algo que no está bien, por eso me tengo que ocultar. Pero es porque sus diminutas mentes no llegan a alcanzar el motivo de mis actos. No son capaces de comprender qué está bien o qué está mal realmente, se rigen por una escala de valores!! en nuestra sociedad tan práctica!! tienen valores emocionales!!! Claramente no están adaptados. Yo soy el que corta el césped y me miran como a un asesino. Pero me da igual, porque lo que hago es mi razón de ser, soy el que mantiene el equilibrio en la sociedad.

Un buen desayuno para empezar la mañana, aunque primero una ducha. Me gusta tenerlo todo limpio, y lógicamente yo no soy una excepción. Afeitado, peinado, perfumado...¿quién no me querría? De todas formas, tampoco necesito a nadie. Sólo necesito mantener mi razón de ser en su sitio. Todos tenemos una. La mía no es la más aceptada, pero sin duda, es necesaria...tanto para la sociedad como para mí. Sin ella, ya no sería Mike Sandler. Viviría como aquel viejo que se va todos los dias al bar a leer el periódico y tomarse el café, pero nada más. Dejando que su vida pase como un goteo constante pero a cámara superlenta de un grifo mal cerrado. Cloc..........cloc...........cloc...........